South Beach: este barrio probablemente sea uno de los lugares más conocidos de Miami, con sus playas de arena blanca que se extienden a lo largo de dos kilómetros desde el extremo sur de la península de Miami hacia el norte, hasta su unión con Miami Beach. Cada año, millones de amantes del sol acuden a esta playa por sus aguas limpias, su arena fina y su ambiente animado. Si South Beach es el rostro de Miami, Ocean Drive es, sin duda, el corazón. Rebosante de vida de día y de noche, sus cochazos, ritmos musicales y luces de neón atraen a gente para cenar, salir de fiesta o hacer turismo y disfrutar de su gran oferta de restaurantes, bares y discotecas. Si lo que le apetece es ver un Miami un poco más moderado, diríjase a Lincoln Road Mall, en el que encontrará un ambiente relajado en las cálidas noches veraniegas entre la gente que va de compras o frecuenta los restaurantes.
Miami está muy ligado al agua y esta influencia se nota. El Seaquarium de Miami ofrece a los visitantes una visión del mundo submarino a través de sus exhibiciones de peces de colores, corales y hábitats marinos. Dese un baño en la Venetian Pool, la mayor piscina de agua dulce de Estados Unidos, construida a partir de una antigua cantera de piedra coralina. Podrá practicar una gran variedad de deportes acuáticos en las playas de Miami como jet ski, surf de remo e incluso parapente. En el interior está la Pequeña Habana, donde sentirá que acaba de aterrizar en Cuba gracias a la música latina que sale de bares y restaurantes de la Calle Ocho.