Su ubicación junto al mar, en combinación con su gran oferta de lugares de interés, hacen de Estocolmo una de las más atractivas ciudades escandinavas para visitar. Pasee por las pintorescas calles medievales del casco antiguo y realice una parada para disfrutar de panecillos dulces recién hechos en una de sus numerosas cafeterías. El mejor lugar para admirar las extraordinarias vistas del mar es la cima de la colina de Mosebacke. La forma más sencilla de llegar allí es con ascensor Katarina, en funcionamiento desde hace más de 70 años.
La verde isla de Djurgården ofrece numerosas opciones para toda la familia: el perfectamente restaurado navío de guerra Vasa, el museo al aire libre, el zoo de Skansen y el museo Junibacken, que expone el mundo que rodea a la producción de literatura infantil de Astrid Lindgren. Los interesados en arte contemporáneo disfrutarán de las exposiciones del Moderna Museet en la isla de Skeppsholmen. Por otro lado, los amantes del lujo no pueden perderse las exclusivas boutiques y los salones bar de Östermalm. Aquellos visitantes con gustos más bohemios disfrutarán visitando los teatros, los restaurantes étnicos, las pequeñas tiendecillas y los mercadillos de Södermalm.